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El lipofilling facial es la técnica que consiste en extraer grasa sobrante de alguna parte del cuerpo (abdomen, cintura, muslos, etc) y usarla como relleno natural mediante infiltración en la cara.
El injerto de grasa en las mejillas es utilizado para reparar defectos del tejido adiposo en la cara, producidos por el envejecimiento o por patologías que afecten a este tejido tales como el SIDA, traumatismos o inyeciones de corticoides destinadas a corregir otros defectos.
Sabemos que en el transcurso de los años la cara pierde volumen. Se produce atrofia de algunos de los paquetes adiposos que son responsables de los contornos y otros se desplazan. El lipofilling pretende restaurar el contenido original de estos paquetes grasos.
Con el injerto de grasa se trabajan los pómulos, surcos nasogenianos y mandíbula, para conseguir restaurar el óvalo facial típico de la juventud. Además, el lipofilling es uno de los métodos más comunes utilizados para el aumento de labios.
El lipofilling facial es un tratamiento más duradero a medio y largo plazo que el ácido hialurónico, ya que se injerta tejido propio y no suele haber rechazo o reacciones alérgicas.
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El primer paso de la intervención consiste en obtener la grasa de las zonas donantes que normalmente son abdomen, cintura y muslos. Para ello se utilizan unas cánulas especiales que evitan que las células grasas se destruyan. Una vez obtenida la grasa, se centrifuga para separar la parte más sana del tejido.
Tras este paso la grasa está preparada para ser inyectada, mediante finas cánulas se introducirá en aquellas zonas donde el paciente lo necesite, aumentando el volumen y disminuyendo la flacidez. La grasa se distribuye uniformemente en la zona, mediante la inyección de pequeñas cantidades en los tejidos, de tal manera que la grasa inyectada esté bien rodeada de tejido sano. Esto asegura que la grasa trasplantada permanezca en contacto con los tejidos circundantes que deben suministrarle oxígeno y nutrientes.
La operación de lipofilling se lleva a cabo con anestesia local o anestesia local y sedación en función del volumen que se vaya a extraer e inyectar, suele durar una hora y el paciente puede volver a casa el mismo día.
La zona donante se recuperará tras una pequeña inflamación que durará unos días.
Tras la infiltración la zona tratada de la cara se hinchará y aparecerán unos hematomas, que desaparecerán entre 7 y 15 días después en función de la persona.
Se aconseja aplicar frío tras la intervención y los primeros días para que disminuya la inflamación. El paciente deberá evitar movimientos agresivos en la zona donde se ha realizado el lipofilling para facilitar el prendimiento de esta grasa.
Los pacientes deben hacer una revisión con el cirujano entre el quinto y séptimo día e igualmente tres semanas más tarde. Para entonces, la mayor parte de la hinchazón habrá desaparecido y el cirujano podrá ver si hace falta retocar alguna zona.
Tras pasar aproximadamente de una semana a diez días los pacientes se sienten bien como para salir y reanudar una vida social normal.
Pasado el período inflamatorio inicial de una semana el resultado estético suele ser excelente. No obstante, para apreciar los resultados definitivos el paciente deberá esperar un plazo de 3-4 meses.
Un efecto secundario positivo de la inyección de tejido adiposo puede ser la mejora de la calidad de la piel que lo cubre, debido a su contenido en células madres.
Es extremadamente infrecuente que queden irregularidades aunque a veces hay que retocar la zona al cabo de los 4-6 meses si hace falta más volumen o hay que procurar más simetría.
Hay que tener en cuenta que parte de la grasa reinjertada será absorbida por el cuerpo con el tiempo por lo que se inyecta un exceso para que al término del postoperatorio los resultados sean los deseados.
¿Quién necesita estos injertos de grasa?
Pacientes que debido al envejecimiento han perdido relleno adiposo en determinadas zonas del rostro, o que constitucionalmente muestran falta de desarrollo de las mismas. También es aconsejable esta técnica en aquellos que presentan asimetrías faciales.
¿Qué complicaciones pueden surgir?
No suelen surgir complicaciones más allá de la inflamación y la aparición de hematomas en las zonas tratadas, lo que es completamente normal. Este tratamiento es totalmente biocompatible puesto que el material que se usa es la grasa de nuestro propio cuerpo.
¿Se reabsorbe la grasa?
Normalmente se produce la reabsorción de un 20 o 30% del material inyectado, sin embargo si la técnica se realiza correctamente la reabsorción será mínima.
¿Cuándo podré volver a la actividad diaria?
La inflamación generalmente disminuye a partir del tercer día, y las actividades sociales se podrán retomar después de una semana.
¿Cuándo se aprecian los resultados finales?
Tras una semana se empiezan a apreciar los primeros resultados, pero los resultados definitivos no se verán hasta 3-4 meses después de la intervención.
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